"El futuro de la competitividad europea", conocido como Informe Draghi y publicado en septiembre de 2024, esboza los retos y oportunidades a los que se enfrenta el sector energético europeo -entre otros- haciendo hincapié en el impacto de la política energética, en la competitividad a largo plazo del continente (poniendo el foco en la seguridad energética y la fijación de precios) y, esbozando cómo Europa puede lograr un crecimiento económico sostenible al tiempo que cumple los objetivos medioambientales y garantiza el apoyo a las industrias y poblaciones vulnerables durante la transición energética.
Seguridad energética
- Diversificación de las fuentes de energía: Para reducir la dependencia de los combustibles fósiles importados, especialmente tras la crisis energética provocada por la guerra de Ucrania, el informe aboga por diversificar las importaciones de energía y establecer asociaciones con proveedores mundiales estables.
- Impulsar la producción doméstica de energía: Reforzar la seguridad energética de Europa requiere expandir las renovables, como recurso energético distribuido y de autoconsumo que, acompañado de almacenamiento, impulsará también el éxito de la electrificación doméstica.
Asequibilidad y competitividad de la energía
- Reducir los costes energéticos: Los elevados costes de la energía amenazan la competitividad industrial de Europa. El informe pide medidas para bajar los precios mejorando la eficiencia del mercado y potenciando la infraestructura de red en toda Europa.
- Apoyo a la industria: Los sectores que consumen mucha energía, como el manufacturero y el químico, se enfrentan a costes energéticos más elevados que sus competidores mundiales. Se recomienda un apoyo específico, que incluya subvenciones e incentivos fiscales, para ayudar a las industrias en su transición hacia una energía más limpia sin perder su ventaja competitiva.
Acelerar la transición energética
- Inversión en energías renovables, modernización de la red y almacenamiento: Para cumplir los objetivos climáticos y mantener la competitividad, Europa necesita aumentar la inversión en infraestructuras de energías renovables y redes, pero también en flexibilidad, que es crucial para equilibrar el suministro intermitente de energía
- Mejorar la eficiencia energética: Para reducir el consumo de energía, los costes y las emisiones es necesario mejorar la eficiencia de los edificios, los procesos industriales y las tecnologías de ahorro energético.
Innovación y desarrollo tecnológico
- Hidrógeno y tecnologías emergentes: El informe destaca el potencial del hidrógeno para sustituir a los combustibles fósiles en la industria pesada y el transporte, y aboga por el liderazgo europeo en este ámbito. También hace hincapié en la innovación en materia de captura y almacenamiento de carbono y energía nuclear avanzada.
- Digitalización de la energía: La adopción de tecnologías digitales, incluidas las redes inteligentes y los sistemas de gestión de la energía impulsados por la IA, es esencial para optimizar el uso de la energía e integrar mejor las fuentes de energía renovables.
Una transición energética justa
- Equidad social: La transición energética debe ser inclusiva, garantizando que los trabajadores y las comunidades afectadas por el abandono de los combustibles fósiles reciban apoyo mediante formación, creación de empleos verdes y redes de seguridad social.
- Prevenir la pobreza energética: Mantener la energía asequible para todos, especialmente para las poblaciones vulnerables, es una prioridad. El informe aboga por políticas de prevención de la pobreza energética que incluyan mejoras de la eficiencia energética en los hogares y subvenciones para las familias con bajos ingresos.
Aspectos geopolíticos de la energía
- Autonomía estratégica: Es esencial reducir la dependencia europea de las importaciones energéticas procedentes de regiones políticamente inestables. El informe subraya la necesidad de diversificar las fuentes de suministro e invertir en la producción nacional de energía para resistir las perturbaciones externas.
- Cooperación energética europea reforzada: Reforzar la seguridad energética requiere una cooperación más profunda entre los Estados miembros de la UE, que incluya políticas energéticas armonizadas, infraestructuras compartidas y marcos reguladores coordinados.
Recomendaciones normativas y políticas
- Regulación estable: El informe subraya la importancia de una normativa previsible y a largo plazo para atraer inversiones en energías renovables. También recomienda agilizar el proceso de concesión de permisos para acelerar el desarrollo de infraestructuras.
- Tarificación del carbono: El refuerzo de los mecanismos de tarificación del carbono, como el Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión (RCCDE), se considera crucial para impulsar la descarbonización. Los ingresos procedentes de la tarificación del carbono deben reinvertirse en energías limpias y modernización industrial.